Sobrepeso y Obesidad
“Sobrepeso y Obesidad: causas, consecuencias y soluciones”
Dr. Granda Mendoza, Guilian
Historia real: El caso de Luis
Luis tiene 38 años, es contador y vive en una ciudad bulliciosa. Cada día salta del escritorio a su auto y de su auto al sofá, convencido de que “no tiene tiempo” para cuidarse. Hace poco fue a una consulta porque se sentía cansado, con dolores de cabeza y mareos. Al medir su peso y altura, el resultado fue un IMC de 27.9, lo que lo clasificaba como “sobrepeso”.
—“Pero si solo tengo un poco de barriga”— pensó.
Lo que no sabía Luis es que su relación cintura-cadera estaba por encima del límite saludable, y que ese dato revelaba un riesgo mayor que el número del IMC. Días después, los análisis confirmaron prediabetes, presión elevada y un hígado que comenzaba a inflamarse.
Luis no es un caso aislado. Es uno entre millones.
Y tal vez te veas reflejado en él.
¿Qué es el sobrepeso y la obesidad hoy?
Durante décadas, el Índice de Masa Corporal (IMC) fue la herramienta estrella para identificar el sobrepeso y la obesidad. Se calcula dividiendo el peso entre la altura al cuadrado. Fácil, sí. Pero también impreciso (1).
El IMC no distingue entre grasa y músculo, ni dice dónde se acumula la grasa. Por eso, una persona atlética puede salir “con sobrepeso” y alguien con barriga peligrosa puede parecer “normal”.
Hoy sabemos que lo más importante no es el peso total, sino la distribución de la grasa. Aquí entra una medida mucho más precisa y predictiva: la relación cintura-cadera (RCC) (2).
¿Por qué es más útil la RCC?
La grasa abdominal (la que se acumula en la cintura) está estrechamente relacionada con enfermedades como:
-
Diabetes tipo 2
-
Hipertensión arterial
-
Enfermedades cardiovasculares
-
Hígado graso no alcohólico
Los estudios actuales confirman que una RCC elevada predice mejor el riesgo de muerte prematura que el IMC (2).
¿Cómo se mide?
Solo necesitas una cinta métrica:
-
Mide tu cintura a la altura del ombligo.
-
Mide tu cadera en su parte más ancha.
-
Divide: cintura / cadera.
Valores de riesgo:
-
Hombres: riesgo alto si > 0.90
-
Mujeres: riesgo alto si > 0.85

Consecuencias del sobrepeso y la obesidad
El sobrepeso no solo es un tema estético: es una enfermedad crónica y progresiva que deteriora la calidad de vida y abre la puerta a otras patologías graves. Si no se actúa a tiempo, puede generar un efecto dominó silencioso y peligroso para la salud. Algunas de las enfermedades más asociadas incluyen:
1. Diabetes tipo 2
El tejido adiposo en exceso afecta directamente la sensibilidad a la insulina. Esto provoca una elevación constante de la glucosa en sangre que con el tiempo se convierte en diabetes tipo 2. Según la World Obesity Federation, el 80% de las personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso u obesidad (3).
2. Hipertensión arterial
El aumento de masa corporal genera mayor resistencia vascular y obliga al corazón a trabajar más. Esto eleva la presión arterial, aumentando el riesgo de infartos, accidentes cerebrovasculares y daño renal (3).
3. Síndrome metabólico
Es un conjunto de condiciones (obesidad abdominal, hipertensión, hiperglicemia, triglicéridos elevados y colesterol HDL bajo) que, cuando están presentes en conjunto, multiplican el riesgo cardiovascular (4).
4. Hígado graso no alcohólico (HGNA)
La acumulación de grasa en el hígado puede progresar a fibrosis hepática, cirrosis y hasta cáncer hepático, incluso en personas que no consumen alcohol (4).
5. Cánceres relacionados
Estudios recientes relacionan la obesidad con mayor riesgo de al menos 13 tipos de cáncer, incluyendo mama, colon, endometrio y riñón (3) .
6. Problemas articulares y de movilidad
El exceso de peso deteriora las articulaciones, especialmente rodillas y caderas, acelerando el desgaste del cartílago y aumentando el dolor crónico (4).
7. Impacto emocional y mental
No podemos ignorar el peso psicológico: ansiedad, baja autoestima, discriminación y aislamiento social son consecuencias frecuentes que impactan profundamente el bienestar emocional (4).
Soluciones efectivas y personalizadas para combatir la obesidad
Cuando hablamos de tratar la obesidad, no existe una solución mágica ni única. La clave está en personalizar el abordaje y enfocarnos en construir hábitos sostenibles más que en buscar resultados rápidos.
1. Educación nutricional, no dietas milagro
Las dietas extremas o modas pasajeras pueden funcionar a corto plazo, pero suelen generar rebote. Lo verdaderamente efectivo es aprender a comer mejor, entender qué alimentos inflaman, cuáles nutren, y cómo construir platos equilibrados y saciantes. Por eso, muchas veces comenzar con una dieta cetogénica supervisada, seguida por una transición a una alimentación mediterránea, puede ser una estrategia poderosa para perder peso y mantenerlo (6).
La constancia vence al entusiasmo.
2. Movimiento adaptado a tu realidad
No necesitas correr maratones ni ir al gimnasio todos los días. Basta con moverte más. Caminar 30 minutos diarios, subir escaleras, bailar o realizar ejercicios funcionales en casa puede marcar una gran diferencia si se hace de forma regular.
Lo perfecto no debe ser enemigo de lo posible.
3. Gestión emocional y acompañamiento
El estrés, la ansiedad y los problemas emocionales están directamente vinculados al sobrepeso. Por eso, contar con un entorno de apoyo o con profesionales de la salud mental es tan importante como contar calorías. Comer no resuelve emociones, pero reconocerlas sí puede cambiar tu relación con la comida (5).
4. Tratamientos médicos cuando corresponda
En algunos casos, la obesidad requiere ayuda médica adicional:
-
Fármacos para bajar de peso, siempre con receta y seguimiento profesional.
-
Cirugía bariátrica (como el bypass gástrico o manga gástrica), en casos severos donde otras medidas no han funcionado.
-
Chequeos y análisis regulares, para monitorear colesterol, glucosa, presión arterial y grasa visceral.
5. Apoyo profesional continuo
Este proceso no se logra solo. Necesitas educación, constancia, orientación y seguimiento. Lo ideal es contar con un equipo médico multidisciplinario: nutricionista, médico, psicólogo y entrenador.

¿Y ahora, qué puedes hacer tú?
Cambiar tu salud no empieza en el gimnasio ni en la balanza. Empieza en tu mente.
- ¿Has intentado bajar de peso y no sabes por dónde comenzar?
- ¿Te confunden tantas dietas, pastillas y consejos contradictorios?
- ¿Sientes que necesitas guía real, profesional y sin juicios?
En Clinova, creemos en la atención médica personalizada, accesible y humana. Combinamos lo mejor de la tecnología con lo más valioso del contacto humano para acompañarte paso a paso en tu cambio.
Cambiar tus hábitos es cambiar tu vida.
✅ Evaluamos tu salud de forma integral
✅ Te guiamos con planes de alimentación adaptados
✅ Te enseñamos a medir tu riesgo real con nuevas escalas como la RCC
✅ Y lo más importante: te acompañamos en el proceso
REFERENCIAS
World Health Organization. Obesity and overweight. [Internet]. 2024 [cited 2025 Jun 20]. Available from: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight
Ross R, Neeland IJ, Yamashita S, Shai I, Seidell J, Magni P, et al. Waist circumference as a vital sign in clinical practice: a Consensus Statement from the IAS and ICCR Working Group on Visceral Obesity. Nat Rev Endocrinol. 2020;16(3):177–189. DOI: 10.1038/s41574-019-0310-7
Bray GA, Kim KK, Wilding JPH. Obesity: a chronic relapsing progressive disease process. A position statement of the World Obesity Federation. Obes Rev. 2017;18(7):715–723. DOI: 10.1111/obr.12551
Ritchie H, Roser M. Obesity. Our World in Data [Internet]. 2024 [cited 2025 Jun 20]. Available from: https://ourworldindata.org/obesity
Gómez-Ambrosi J, Catalán V, Rodríguez A, Frühbeck G. Inflammation and metabolic syndrome: role of adipokines in health and disease. Nutr Hosp. 2014;29(5):1075–1089. DOI: 10.3305/nh.2014.29.5.7271
Piché M-E, Tchernof A, Després J-P. Obesity phenotypes, diabetes, and cardiovascular diseases. Circ Res. 2020;126(11):1477–1500. DOI: 10.1161/CIRCRESAHA.120.316101